Hicimos una película basada en la colocación de este cuadro. Y todos los alumnos aparecen en él.
RESTAURACIÓN.
El cuadro del pasillo copia de uno de los frescos de La Rábida, de Vazquez Díaz ha sufrido un destrozo.
Tenemos la suerte de que al lienzo que usamos para este cuadro no le recortamos la tela sobrante tenía en la parte trasera un trozo suficientemente grande como para tapar el roto.
Restauramos un cuadro del Museo de los pasillos.
Como en todos los museos tenemos nuestro TALLER DE Lo han pegado por detrás y lo han sujetado con cinta. Por delante también le hemos colocado cinta para que se quedase planchado y ya la retiraremos cuando el pegamento seque.
Lo suyo hubiera sido tumbar el cuadro y pegarlo, colocándole encima un peso para plancharlo, pero este cuadro es tan grande que no podemos tumbarlo en ningún lado dentro de nuestro instituto, así que lo han tenido que restaurar en vertical.
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Álvaro y Javi se han dedicado a ello.
Como negativo:
Vázquez Díaz, firma en el cenobio del monasterio.
Imagen original |
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Puedes ver más en el Blog del profe: http://juancharro.blogspot.com/
Poema del Descubrimiento; los frescos de La Rábida
Véase también: Monumento a la Fe Descubridora
Partida de la expedición, el 3 de agosto de 1492 desde Palos de la Frontera.
Cristóbal Colón con los frailes del Monasterio.
Pocas obras pueden resumir más su creación que los frescos de La Rábida. En ellos el retrato idílico de los hombres de la tierra en el siglo xv y los paisajes protagonistas durante la epopeya descubridora, se funden con elevada precisión. Aunque el proyecto de realizar unos frescos alegóricos al descubrimiento de América le había rondado durante años, no fue hasta el mes de agosto de 1927 cuando se desplazó a los Lugares colombinos para gestionar la empresa. Su idea era, además de los murales en La Rábida, realizar obras complementarias en la Iglesia de San Jorge de Palos de la Frontera y el Monasterio de Santa Clara de Moguer, como lugares principales en esos hechos históricos. Sin éxito con los ayuntamientos de ambas localidades, no fue hasta el 12 de octubre del año siguiente cuando comenzó los trabajos en el monasterio.
Así fue que bajo el patrocinio de Alfonso XIII entre 1928 y 1930, y con la ayuda de su hijo Rafael Vázquez, realizó sus famosos frescos en el Monasterio de Santa María de la Rábida, conocidos como Poema del Descubrimiento. El entonces rey se convertía en la principal cabeza visible de un proyecto abanderado por parte de la sociedad civil de la tierra, como el pedagogo Manuel Siurot, que vio en el proyecto la posibilidad de dotar a la provincia de Huelva de una obra universal e inmortal.
Así, instalado entre una casa de peones y una celda del monasterio, durante los trabajos realizaría, alrededor de las salas de un pequeño patio, una serie de frescos en colores pastel. Los temas de estas pinturas se integran en cinco paneles que discurren en torno a la llegada de Cristóbal Colón a La Rábida y su relación con Fray Juan Pérez, su expedición descubridora y la marinería de los pueblos de Palos de la Frontera y de Moguer, la partida del puerto de Palos, las tres carabelas descubridoras y demás hechos históricos interpretando de manera personal las figuras de protagonistas del acontecimiento como fueron Colón o Martín Alonso Pinzón. Para muchos investigadores, Vázquez Díaz consigue con esta obra enlazar las aportaciones del portugués Nuno Gonçalves con los frescos bajo medievales y primer tramo del Renacimiento, aunque posteriormente el franquismo utilizó la obra como referencia para una pretendida «estética nacional».